A nuestra puerta llegan oportunidades que dejamos pasar por miedo o falta de confianza en nosotros mismos.
Son tantas veces las que lo hemos hecho , que no le damos importancia a que una más engrose la larga lista de oportunidades desaprovechadas.
Solo cuando escasean las echamos de menos y nos lamentamos por haberlas dejado pasar, aunque no hay nada positivo en hacerlo, pues el pasado no se puede cambiar.
Pero esas oportunidades que tocaron nuestra puerta y no supimos aprovechar deben ser un aprendizaje suficiente para valorar las que vendrán.
Ver las oportunidades perdidas como la cuota inicial de mejores decisiones es fundamental para dejar de lastimarnos.
En ocasiones se dejan pasar por que se cree que no se posee los conocimientos suficientes, pero en cualquier carrera a mayor profundización, nos damos cuenta de que nos falta todo por aprender y conocer, por eso los hombres de estado, multimillonarios, empresarios, entre otros, tienen equipos de asesores y expertos que trabajan con ellos, porque su obligación no es saberlo todo, pero sí tomar decisiones acertadas.
En otras es la falta de madurez y experiencia, aunque no sabemos cuándo se alcanza el grado de madurez apropiado ni cuánta experiencia es suficiente.
Cada oportunidad desaprovechada, cada día sintiéndote mal por haberlas dejado pasar, debe ser un aliciente para asumir retos.
No seas tú mismo el principal obstáculo para tu desarrollo, solo superando retos y desafíos, y sobre todo superándote a ti mismo, alcanzarás tus objetivos, metas y sueños.
Puedes seguir a Eduardo Alighieri en YouTube, Instagram, Facebook, Twitter y LinkedIn, o suscribirte gratis aquí a la Newsletter y recibir en tu email las próximas publicaciones.