Ninguna mentira debe ser dada por buena, ni sus consecuencias minimizadas.
Plagiar tesis, adquirir títulos universitarios sin llenar los requisitos a cambio de favores o dinero y comprar silencios, son algunas de las prácticas habituales de las personas carentes de escrúpulos.
Lo indignante es que esas personas puedan ocupar altas dignidades en el estado y la sociedad e incluso llegar a ser Presidentes.
Pues los representantes de una sociedad son el reflejo de lo que en ella habita.
Solo una sociedad enferma puede aprobar que la mentira y la corrupción sean prácticas recurrentes de sus representantes.
Puedes seguir a Eduardo Alighieri en Facebook, Twitter, Instagram, LinkedIn, o suscribirte gratis aquí a la Newsletter.