Dar o recibir a veces se convierte en una prueba difícil, pues no sabemos cómo hacerlo, ni si quién lo recibirá lo aceptará de la mejor manera.
Sin importar qué nos detiene, lo que proviene del corazón tiene el poder de ser bien recibido por nosotros y los demás.
Es tanto nuestro miedo o inseguridad sobre si nos volvemos vulnerables por dar de corazón, o abrirlo para dar o recibir, que nos perdemos la oportunidad de dejar florecer en nosotros sentimientos valiosos que nos ayudarán a crecer.
Dejar fluir en nosotros sentimientos de bondad y gratitud, engrandecerá nuestro espíritu, y nos permitirá disfrutar de la satisfacción del dar y el recibir.
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