Todo es más claro si conocemos hacia dónde deseamos ir.
Tomar decisiones no es una tarea fácil, y se dificulta aún más si no hemos definido nuestros sueños, metas y objetivos.
Darle a nuestra vida un propósito es primordial para la toma de decisiones, pues nos facilita establecer que debemos conservar o apartar y cuales son las actividades positivas para alcanzar lo que nos hemos propuesto.
Sin un propósito podemos pasar una gran parte de nuestra vida sintiéndonos insatisfechos, yendo de trabajo en trabajo y de un lugar a otro sin rumbo.
Tenemos la posibilidad de soñar, la libertad de elegir que construir y la capacidad de lograr aquello que deseamos, algo que le da una gran responsabilidad a cada uno de nosotros.
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